UNA PRENSA DIFERENTE

Conciente de lo patudo que puede resultar ser dirigirse a quien lea estas líneas para darle un consejo, lo haré igual. Pero lo dejo en claro desde un comienzo, ya que me parece un poco cómico observar como la prensa masiva está llena de mensajes por debajo, tendencias políticas solapadas, ocultamiento de información a las personas y muchos otros vicios y, aún así, existan quienes tienen la desvergüenza de criticar a muchos medios independientes que ABIERTAMENTE asumen ciertas tendencias políticas y tacharlos de “subjetivos”. A aquellos que piensan que los medios masivos son objetivos, les tengo noticias: están controlados por personas como usted, pero con intereses económicos y políticos mucho más grandes que los suyos o de medios pequeños que trabajan casi por amor al arte.

Una vez hecho ese descargo y quitada la ira de mi pluma, voy al grano. Quiero hacer una humilde recomendación a todas las personas que participan de la elección de dirigentes políticos, desde las juntas de vecinos, pasando por Centros de Alumnos escolares, Federaciones de Estudiantes hasta cargos de representatividad masiva, como lo son concejales, alcaldes, diputados, senadores, etcétera: que no nos pasen gato por liebre o, al menos, hagamos lo posible por evitarlo.

Ellos suelen tratar a los electorados como retrasados mentales, se los digo por que he participado de este tipo de conversaciones con estos personajes, y de todos colores políticos. Discuten como cazar a Fulano o a Sultana que son los que manejan tales votos, y que con eso basta para asegurar cierto número. Creen que es suficiente con prometer favores personales o a ciertos grupos, y que con eso basta para pasarse por aquel lugar oscuro del cuerpo humano el bien común, mínima fundamental que debiera orientar el voto en elecciones. En resumen, ven en cada rostro nuestro un grano de arena del castillo que los hará llegar al poder.

Entonces, no es raro preguntarse ¿Dónde quedó la vocación de servicio? ¿Cuáles son sus propuestas para dirigir mejor a un grupo de personas? ¿Realmente les interesa llevar a cabo una buena gestión o en realidad sólo aparece como finalidad ir sumando estrellitas en el currículum? Lamentablemente esto pasa, pero no tanto porque ellos lo quieran, sino porque NOSOTROS MISMOS PROMOVEMOS SUS JUEGOS SUCIOS.

La recomendación es obligar a estos vagos que a veces postulan a cargos públicos a hacer el trabajo que supuestamente es llamado por su vocación. Para esto, me permito el atrevimiento de sugerir algunos tips:

No seas prejuicioso: escucha las ideas de cada lado, hazte un tiempo para asistir a algún foro en el que participen, para leer sus postulados en Internet o en algún folletín y luego decide tu voto.
No decidas el voto a priori. Si hay algo que fomenta la flojera y las malas prácticas electorales es que ellos crean que tienen un “voto duro”. Primero infórmate y luego decide.
Si algo te parece raro o contraproducente de su discurso, intenta ponerlo en manifiesto de alguna forma. Esto es mucho más fácil cuando eliges cargos de representación de grupos más pequeños, como ocurre en colegios y universidades. Encáralos y pídeles explicaciones, que no pongan cualquier estupidez en sus promesas sin que tengan que dar las correspondientes explicaciones.
No te vendas barato. Valoriza tu voto. Marcar una preferencia a cambio de favores miserables y de los cuales ni siquiera tienes certeza es caer muy bajo. Sé firme en tus convicciones y limpiarás de toda esa basura los procesos electorales.
No te dejes amedrentar por la gente que te rodea. Debes responderle sólo a tu conciencia por el voto. Si después te defraudan, serás el/la primer@ en reclamar. Todos nos equivocaremos alguna vez en nuestra preferencia, es parte de la democracia. Pero no le tengas miedo a las presiones de tu entorno y decide sólo por lo que tú crees justo.

Son algunas cosas que se me ocurren un domingo por la tarde. Sé que no soy nadie para meter mis narices en la forma en que las personas votan, pero me parece que hay responsabilidad en nosotros mismos que nuestros dirigentes, en todo el espectro social, sean en ocasiones tan nefastos.

Hacer que centren sus campañas en propuestas serias sólo depende de nosotros. Exigiéndoles y teniendo visión crítica tanto con los que se tiene simpatía como con los que no, aportaremos desde la ciudadanía para lograr transformar a esas hienas sedientas de poder en futuros políticos concientes y que realmente trabajen por hacer de esta sociedad una más justa cada vez.